14 de diciembre de 2011

Informe de la expedición: 7- Infraestructura de la expedición (2)

2- Alimentación

Las comidas en el campamento base estaban contratadas a la agencia (para 10 días de un total de 18 que teníamos previsto permanecer en la montaña). Los primeros días fueron muy deficientes, tanto en cantidad y calidad, como en características. Excesivamente picantes, poco sustanciosas y repetitivas, prácticamente sin carne, pan o fruta. A partir de la mitad de la expedición, y después de múltiples quejas canalizadas incluso a través de nuestra agencia de Valencia, conseguimos que mejoraran parcialmente, siendo un poco más abundantes, menos picantes y más adecuadas para la situación (pasta, algo de fruta...). Sin embargo, en ningún momento se pudo decir que comiéramos especialmente bien y acabamos bastante hartos y aburridos. Fueron aportaciones especialmente positivas los alimentos que llevábamos desde España. Fue posible conseguir cerveza china a un precio razonable, aunque su calidad era bastante baja. La cuenta de los días consumidos por cada uno en el campamento base no fue muy estricta, aunque sin duda no superamos los días contratados (al fin y al cabo nos marchamos dos días antes de lo previsto).

Preparando las raciones de comida en el garage de nuestra casa
Sabíamos que la comida en los campamentos de altura es fundamental. No puede faltar, pero tampoco puede ser excesiva. La experiencia del Monte Kenia, en donde nos vimos obligados a retirarnos fundamentalmente por transportar un exceso de peso, nos marcó de forma clara, tanto en la búsqueda de opciones más ligeras, como en cuidar las cantidades. Además, la limitación de peso en los vuelos también nos obligó a ser muy cuidadosos en los dos aspectos: peso y cantidad.

Llevamos raciones de altura para los seis durante 7 días, que era lo que calculábamos que debíamos pasar en los campamentos superiores, así como una ración de cena para seis y 8 raciones diarias individuales de reserva. A esto le añadimos algunos alimentos seleccionados para poder celebrar momentos especiales, y para romper la posible monotonía de la alimentación, recordando nuestra tierra (jamón, embutidos, turrón, chocolate...).

La comida diaria de una persona pesaba unos 750 gr aportando algo más de tres mil calorías.

Llevamos 50 raciones individuales personales formadas por:
- 1 sobre de capuccino + azúcar
- 1 sobre de zumo en polvo
- 2 sobres de batido en polvo
- 1 sobre de sopa
- 1 sobre de natillas en polvo
- 6 bolsitas de infusiones + 4 sobres de azúcar
- 80 gr de frutos secos
- 5 barritas de cereales variadas.

Esto se completaba con un paquete diario para la cena de seis personas (8 paquetes en total) formado por:
- 3 sobres de comida liofilizada de una ración
- 2 paquetes de fiambre de 150 gr (jamón o embutidos)
- 6 tortitas mejicanas
- 1 sobre de zumo (tipo tang).

Como alimentos para el campamento base y de reserva añadimos:
- 2 paquetes de longaniza seca
- 2 fuets
- 4 paquetes de fiambre de 150 gr
- 6 tabletas de turrón
- 4 tabletas de chocolate
- 1 botella de whisky
- 200 bolsas de infusiones
- Caramelos.

La ración de cena era un poco excesiva y sobraba sistemáticamente uno de los sobres de fiambre. La ración individual también era generosa, pero lo que sobraba servía para ser consumido durante la actividad del resto de los días, en los que luego dormíamos en el campamento base.

Finalmente, al acortar la permanencia en altura sólo consumimos 6 raciones de cena y 34 raciones individuales. Todos los alimentos del campamento base fueron gastados.

Aunque nos esforzamos en beber lo necesario, quizás tomamos algo menos de lo recomendable. Para añadir al agua utilizamos exclusivamente bolsas de infusiones, prescindiendo de otros productos (polvos energéticos), que consumimos normalmente, por su excesivo peso.

El gas necesario para fundir nieve para beber y calentar agua para los alimentos lo calculamos según nos indicaron otras personas con más experiencia. Contamos un cartucho para cada dos personas y día (3 cartuchos diarios durante 8 días y uno de reserva, total 25 cartuchos). La cuenta fue claramente excesiva. En realidad consumimos 9 cartuchos, permaneciendo en altura 6 días, es decir un cartucho y medio por día. Cierto es que varios de los días éramos sólo cinco y que el tiempo fue bastante bueno, lo que sin duda reducía el consumo, pero parece que con una carga diaria cada tres personas debería ser suficiente (habrían sido 16 cargas en total).

El gas nos lo facilitó la agencia local a un precio de 5 euros la carga, y luego nos recompró los sobrantes llenas a 2 dólares. Todo un negocio.

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