30 de noviembre de 2014

ULTIMOS PREPARATIVOS PARA EL ATAQUE A CUMBRE: LA SUERTE ESTA ECHADA. CUARTA CRONICA


Saludos desde nuestro campamento, hoy domingo 30 de noviembre. Son las cuatro de la tarde.

La suerte está echada. Tras el durísimo día de ayer, y tras un cuidadoso estudio de los pronósticos meteorológicos y discusión de las posibilidades, ya tenemos los planes claros.

La tormenta azota Plaza de Mulas

Ayer fue un día terrible, las 24 horas de clima más duro que he vivido. Durante la noche sopló sin cesar un viento fortísimo, pero a primeras horas de la mañana empezó a nevar, lo que unido al referido viento creó un habiente polar, de ventisca cegadora y frío intenso. Todas las expediciones que habían subido a la montaña para intentar aprovechar la ventana prevista para hoy y mañana tuvieron que retirarse y llegaron al campamento en unas condiciones lamentables después de soportar vientos de 135 km por hora y bajísimas temperaturas con visibilidad prácticamente nula.
Durante todo el día estuvimos refugiados en nuestro domo y para salir a cualquier necesidad debíamos equiparnos de arriba a bajo. La tienda de Mar y mía quedó destruida por el viento y hemos tenido que ocupar otra. Nuestra preocupación por las tiendas que tenemos en Plaza Canadá quedó casi disipada por los informes que nos dieron, pero esperamos verlas cuanto antes.

Estado en que quedó nuestra tienda

 Equipados para salir al exterior

Cuando nos fuimos a dormir la situación seguía igual y nos decían que para hoy más de lo mismo. ¡Cuan caprichosa es a veces la montaña y la meteorología! Esta mañana al despertarnos hacía un día espléndido, sin una sola nube, frio (11 grados negativos dentro del comedor) y con algo de viento que a esta hora ha cedido por completo. Ha sido un pena que no estuviéramos preparados para aprovechar, pero al fin y al cabo no parece tener importancia que hoy haya sido otro día de relax total, además con la extraña sensación que nos produce poder estar en camiseta en la tienda.

Tras estudiar a fondo los pronósticos para los próximos días hemos decidido que el día de cumbre sea el próximo miércoles. Esa mañana en la cumbre se esperan una condiciones relativamente clementes: sol, ausencia de nubes, viento de hasta 50 km por hora y una temperatura de 17 grados bajo cero. Con esa decisión tomada, el resto queda de la siguiente forma: mañana subiremos a Plaza Canadá (campamento 1) donde recogeremos el material que tenemos allí para seguir hasta el Nido de Cóndores a 5.550 metros (campamento 2), esperándose que esté soleado, sin apenas viento y con una temperatura de unos 10 grados negativos. El martes debemos subir hasta el campamento 3 en el Campamento Cólera, a 5.970 metros (ayer puse mal la altura) en otro día de características similares, con una temperatura durante la noche relativamente “alta”: unos 11 grados negativos.

Con todo ello, si las cosas salen bien, el miércoles cuando os estéis levantando en España para ir a trabajar a las 8 de la mañana, nosotros estaremos preparándonos para la ascensión. Si todo va bien cabe esperar alcanzar la cumbre sobre las dos del mediodía, las 6 de la tarde en España. Después bajaremos a dormir nuevamente en el campo 3 para el jueves volver al campo base. Por ello que no tendréis noticias nuestras al menos hasta entonces. De todas formas tened en cuenta que tenemos un día de margen y en la montaña tenemos cosas (comida y gas) para pasar un día más si es necesario, y que además podríamos llegar al campamento base después del cierre del local con Internet, por lo que hasta el sábado por la mañana podríamos no poder contactar.

¡Empanadas para cenar!

Otra cosa que queríamos contar es que aquí el trato que nos dan es excelente. Comemos copiosamente cosas muy buenas y bien elaboradas, y todos los que se ocupan del campamento son gente encantadora (Gigi, Fede, Julieta, Ana, Nicolás... y Bruno el cocinero). ¡Qué diferencia con Mr Lee y su campamento en el Muztagh Ata! El campamento es cómodo y poder utilizar en exclusiva un domo comedor es un lujo. Lógicamente algunos servicios son muy precarios y aunque podemos protegernos del viento, el frío es intenso cuando hace malo o cuando se hace de noche, todo lo cual entra en la lógica del lugar

Os informaremos en cuanto podamos de cómo ha ido todo.

Un saludo desde los Andes.

29 de noviembre de 2014

ESPERANDO EN PLAZA DE MULAS. TERCERA CRONICA


Nuevamente os saludamos desde el campamento base del Aconcagua. Hoy es sábado 29 de noviembre.

En principio íbamos a contaros como se iban desarrollado las cosas desde la última vez que colgamos una crónica, y ayer parecía que todo estaba bastante claro y que el mejor momento para intentar la cumbre sería la noche del lunes al martes cuando el pronóstico decía que el tiempo estaría despejado, con una temperatura no muy baja ( entre 15 y 20 bajo cero) y un viento razonable de unos 25 km/hora. Para ello íbamos a salir mañana a subir directos al campamento 2 en Nido de Cóndores a 5.550 metros, y el lunes montaríamos el campo 3 en el llamado (ignoro el porqué del nombre) Campo Cólera, a 5.850, y al día siguiente cumbre y regreso a Cólera, para bajar al campamento base el miércoles. Hoy iba a ser un día de descanso.

Pero desde anoche el tiempo ha empezado a empeorar mucho más de lo que decían los pronósticos. Primero empezó el viento, que ha estado toda la noche soplando en ráfagas huracanadas que agitaban la tienda brutalmente. Como consecuencia de ello hemos podido dormir poco esta noche. Y esta mañana ha amanecido completamente cubierto, con la parte alta de la montaña dentro de la niebla, y a media mañana ha empezado a nevar con fuerza. La temperatura no es muy baja pero la sensación térmica sí, y soplan rachas salvajes de viento que arrastran la nieve y la meten por cualquier resquicio de las tiendas y los domos. Las dos expediciones que empezaron a subir la montaña ayer sabemos que han decidido retirarse sobre 5.300 metros con unas condiciones extremas. La verdad es que pensar en que estaban por la montaña tal y como está el tiempo nos impulsaba a desear que finalmente pudieran encontrar la forma de protegerse. Parecía poco sensato intentar continuar hacia arriba.

El campamento base en Plaza de Mulas durante la tormenta

Como parece que el pronóstico ha ido cambiando y que la ventana de buen tiempo prevista no está tan clara, tendremos que esperar un poco para decidir. Eso no es por el momento un problema grave, porque aquí estamos bastante bien y relativamente cómodos. Incluso, como las tiendas que ocupamos aquí están un poco viejas, nos vamos a trasladar a otra más grande en la que podremos estar los cuatro mucho más protegidos.

Lo que más nos ha preocupado en estas últimas horas ha sido cómo podían estar las dos tiendas que tenemos instaladas en Plaza Canadá en el campamento uno. Piensas que son buen material y que deben aguantar, pero te planteas si podrían haberse llegado a dañar por el viento que allí será peor aún que aquí, lo que supondría, además de la pérdida de opciones de intentar la cumbre (no tenemos material de repuesto), una considerable pérdida económica para nosotros. Pero hace unos minutos hemos podido hablar con alguno de los que se han retirado y nos han dicho que las tiendas que han visto allí están bien y que aguantan el temporal aparentemente incólumes. Eso nos ha tranquilizado bastante.

Por otra parte también pensamos en que hoy se celebraba en la parte baja del valle la primera Ultratrail del Aconcagua. Dos pruebas de 21 y 50 kilómetros desde la entrada del parque en Horcones, a Confluencia y Plaza de Francia, sitios donde estuvimos en los días de la aproximación a este campamento. Nos han dicho que la prueba no se ha suspendido. Deben estar siendo condiciones muy duras.

En consecuencia de todo esto no podemos deciros cuál va ser nuestro plan en los próximos días, a la espera de ver la evolución del tiempo y sus pronósticos. Por el momento estamos bastante tranquilos y relativamente cómodos. Necesitamos de 3-4 días para hacer la cumbre y nos quedan aún 6, por lo que tenemos cierto margen de espera, y confiamos en tener una oportunidad.

Por lo demás sólo contaros que ayer, como habíamos previsto, subimos al Cerro Bonete, de 5.077 metros. Fue una excursión tranquila en la que comprobamos que estamos bien aclimatados y en la que disfrutamos de unos magníficos paisajes que nos mostraron una vez más la cordillera en su inmensidad y que contradijeron el carácter de montaña aislada del Aconcagua. Además pensamos que el Cerro Bonete, sin duda una cumbre relativamente secundaria y que siempre es nombrada de forma superficial como posible actividad de aclimatación, es sin embargo una actividad interesante y gratificante que merece mejor consideración.

El hotel (cerrado) de Plaza de Mulas y el puesto de la policia de montaña de Mendoza
 
 Pedreras camino del Cerro Bonete

La cumbre del Cerro Bonete
 
La pared oeste del Aconcagua desde la cima del Cerro Bonete
 
Sigue soplando el viento y nevando. La sensación es antártica...

Un saludo desde los Andes. Seguiremos informando.

27 de noviembre de 2014

NUEVAMENTE DESDE PLAZA DE MULAS. SEGUNDA CRONICA

Un saludo nuevamente desde el campamento base del Aconcagua. Hoy es jueves y estamos nuevamente disfrutando de un día de descanso, después de tres días de actividad bastante intensa. Hace un día magnífico, totalmente despejado y por el momento sin viento, y ahora (las diez de la mañana) la temperatura en el domo comedor es de 18 grados, con lo que podemos prescindir de la ropa de más abrigo (anorak de plumas, guantes, gorros...) que debemos usar normalmente (ayer noche jugábamos a las cartas a 6 bajo cero, aunque ahora ya lo vamos llevando mejor).

Mientras yo escribo esta crónica, Alex y Miguelo leen y Mar toma sus notas personales, todo en un ambiente relajado. Dentro de un rato bajaremos al sitio donde hay conexión a internet y queremos organizarnos para tomar una ducha caliente (aunque cuestan muy caras, unos 10 euros) que ya apetece después de 8 días. El resto del día, relax y una vez hayamos consultado el pronóstico del tiempo, largas discusiones y valoraciones sobre como podemos organizarnos en los próximos días.

Un rato de trabajo tranquilo en el domo comedor

Lo que ya está totalmente claro es que es muy pronto en la temporada (las primeras ascensiones con éxito se produjeron ayer) y las condiciones no son en absoluto las que se describen cuando se habla de las ascensiones en enero o febrero, el verano aquí. Como consecuencia ahora el frío es muy intenso, el tiempo inestable y hay más nieve de la que esperábamos. Por ello hemos renunciado a subir por el Glaciar de los Polacos, como teníamos previsto, y nos limitaremos a la vía normal, que ya nos supone un reto suficiente.

El lunes instalamos el campamento 1 en Plaza de Canadá, a 5.050 metros. Fue una subida relativamente cómoda de 650 metros de desnivel con unas mochilas razonables de entre 12 y 15 kilos, que nos permitió dejar una tienda montada, con los otras dos tiendas que vamos a necesitar, comida para tres días, gas y material de cocina. 

Montando el campamento 1 en Plza de Canadá


El tiempo, tal y como estaba pronosticado, fue muy malo. Al poco de empezar empezó a nevar y soplaba bastante viento, pero cuando llegamos al emplazamiento previsto aquello fue a más y montamos la tienda en medio de un intenso temporal. Durante la bajada conocimos el célebre “viento blanco” del Aconcagua, un vendaval fortísimo que arrastra un gran cantidad de nieve, que no llega apenas a acumularse salvo en sitios resguardados, que deja la visibilidad reducida a un par de metros y en el que es fácil perder la orientación. Afortunadamente estábamos relativamente bajos y no tuvimos muchos problemas para encontrar la ruta (sólo hubo un momento de duda para encontrar la canal que permite llegar al campamento base). La verdad es que nos lo pasamos muy bien y disfrutamos de una experiencia “extrema” teniendo todo perfectamente controlado.

Aspecto después de llegar al campamento base en medio de la nevada


Al día siguiente el tiempo estaba algo mejor, aunque aún hacía viento y estaba nublado. A media mañana nos pusimos en marcha para dormir en el campamento instalado el día anterior. Llevábamos todo el material necesario para pasar la noche y cosas que necesitaríamos para la posterior subida a la cumbre, con lo que íbamos bastante más cargados. Aun así subimos bien y sobre las 4 de la tarde estábamos nuevamente en Plaza Canadá. Montamos la segunda tienda y nos pusimos a las labores de fundir nieve para ir preparando bebida y la cena. Hacía frío y soplaba viento, por lo que tuvimos que hacerlo todo dentro de la tienda, con lo que nos costó bastante organizarnos y resultó bastante incómodo. Además algunos acusábamos la altura y teníamos dolor de cabeza y cierto malestar general. Finalmente nos fuimos “a dormir” y comenzó una noche muy dura (algunos dijeron por la mañana que había sido la peor de sus vidas). En el momento de acostarnos, el atardecer era espléndido, con el sol nuevamente iluminando la montaña al caer por debajo del manto de nubes, pero era imposible disfrutarlo, pues la temperatura ya había caído a 17 grados bajo cero y el fuerte viento hacía la sensación insoportable (al menos sería equivalente a 30 bajo cero). Luego dentro de la tienda todo se congeló y llegué a ver en el termómetro 18 grados bajo cero. El agua y los aparatos electrónicos tuvimos que meterlos dentro de los sacos y los medicamentos (gotas nasales o nebulizadores) quedaron inutilizados.

Puesta del sol desde la puerta de la tienda en Plaza de Canadá

Por la mañana estábamos en crisis y aunque el día era espléndido y el sol contribuía a animarnos, no teníamos muy claro que posibilidades teníamos de seguir con el plan previsto. La idea era subir material para instalar el campamento 2, o bien en Nido de Cóndores (5.580 metros) o en las proximidades del refugio Berlín (5.933 metros). El problema era que si dejábamos cosas arriba y luego no podíamos subir, sería problemático recuperarlas. Como solución de compromiso decidimos subir sin carga a explorar la parte alta de la montaña, así podríamos hacernos una idea más exacta de las posibilidades y luego decidir (por ejemplo en Berlín hay tres pequeños refugios, Berlín, Eva Perón y Plantamura, que se describen como precarios, pero que nos podían dar juego para subir menos tiendas).

El refugio Plantamura, a 5.930 metros de altura


Subimos con calma hasta Nido de Cóndores, con malestar por la altura y fatiga por la hipoxia, pero notándonos fuertes. Allí encontramos un puesto de la patrulla de montaña argentina y Mar decidió quedarse con ellos porque notaba frío en los pies mientras Alex, Miguelo y yo explorábamos hasta Berlín. Casi sin darnos cuenta nos plantamos muy cerca de los seis mil metros, y comprobamos que los “refugios” no es que sean precarios, es que son absolutamente inutilizables, pues están abandonados, sin puerta y completamente llenos de nieve congelada. Tras recoger a Mar y charlar un rato con los guardaparques (así nos enteramos que ese mismo día dos argentinos, un americano, una sueca y un checo habían alcanzado la cumbre, siendo los primeros que lo lograban en la temporada), seguimos bajando rápidamente hasta nuestras tiendas en Plaza Canadá y luego hasta aquí en Plaza de Mulas.

Vista hacia el norte desde el refugio Berlín: el Cerro Mercedario

Hemos disfrutado de espléndidas vistas de los Andes, tanto hacia el norte con el Cerro Mercedario (4ª cumbre de América), como hacia el sur, con el Juncal. La imagen que yo tenía del Aconcagua como una cumbre aislada con escasos valores paisajísticos se ha demostrado que es absolutamente errónea, y aunque en la vía normal no haya glaciares o grandes paredes, tiene un entorno cuajado de ese tipo de formaciones, y “La Cordillera” se despliega con todo su esplendor.

Hoy estamos de merecido descanso, aunque algunos han pasado algo de frío esta noche, a pesar que la temperatura ha sido mucho menos baja, porque los sacos buenos están en el campamento de altura. Y a partir de ahora la idea que toma más cuerpo es que, contando con que queremos reducir las noches en altura por las extremas condiciones de temperatura reinantes (en sitios como Berlín las temperaturas previstas se encuentran entre 20 y 30 bajo cero), y que nos notamos bastante fuertes, lo que hagamos sea subir con sólo dos campamentos (en vez de los tres previstos), haciendo de una tirada el ataque a cumbre desde Nido de Cóndores, lo que supone 1.400 metros y unas 10-12 horas. Una jornada muy dura, pero instalar un campamento en Berlín supone aumentar considerablemente los porteos, lo que significa un gran desgaste. De todas formas seguiremos dándole vueltas y ya veremos que plan hacemos finalmente, pues muchas veces cambiamos de idea varias veces al día.

Tenemos que consultar el parte meteorológico, pero parece que entre el lunes y el martes está prevista una ventana de buen tiempo. En ese caso probablemente mañana subiremos al cerro Bonete (que finalmente no subimos el lunes pasado) para seguir trabajando la aclimatación y la puesta en forma, y el sábado o domingo iniciaríamos el ataque: sábado a Canadá, domingo a Cóndores, lunes cumbre y regreso a Cóndores y martes regreso a campamento base. Aun así dispondríamos todavía de tres días de reserva.

Un saludo desde los Andes. Seguiremos informando.

23 de noviembre de 2014

DESDE PLAZA DE MULAS

Ya estamos aquí, en el campamento base del Aconcagua, y por primera vez desde que salí de Valencia tengo tiempo para sentarme a preparar una pequeña crónica para contaros como nos van las cosas. Y es que las cosas durante estas dos semanas has sido muy intensas y hemos ido empalmando una actividad con otra sin apenas tiempo verdaderamente libre (si me da tiempo intentaré contaros algo de esos días luego).

Hoy es 23 de noviembre, domingo, y son las 11 y media de la mañana. Estamos los cuatro sentados en nuestra tienda (aquí lo llaman “domo”) comedor, unos leyendo, otros tomando notas sobre estos días, y yo escribiendo. Ya estamos solos Mar, Miguelo, Alex y yo, pues hace tres horas y media que Alicia y Mere se han marchado hacia bajo, a reunirse con Amparo que los espera en Penitentes, y desde allí se irán, a pasar unos días en Mendoza y Buenos Aires y llegarán a casa dentro de una semana. Ha sido un momento difícil cuando se han marchado, con sentimientos encontrados, pues es la primera vez que ellos se van para casa y nosotros nos quedamos en una gran montaña.

Los últimos tres días los hemos dedicado a subir hasta aquí desde Puente del Inca, en la carretera transandina que une Argentina y Chile.

El Puente del Inca
 
Se llega hasta la entrada del parque del Aconcagua, a 2.800 metros de altura, en autobús y desde allí hay que subir andando. Como sucede tantas veces en estas grandes montañas, de estas etapas se cuenta normalmente poco, y es posible pensar que se trata de un recorrido anodino y sin interés. Nada más lejos de la realidad. Se trata de un trayecto relativamente exigente y en él te ves arrojado de una forma brusca en medio de unas cumbres de proporciones inmensas, con toda la dureza, y la belleza, de la muy alta montaña. Y el otro aspecto que cuesta asimilar es el frío y el viento. Se nota que estamos a principios de la temporada, por lo que las temperaturas son bajas (hace media hora no nos hemos podido lavar porque esta todo congelado aún). Y el viento, constante, helado, inclemente... En la Patagonia también hacía mucho viento, pero aquí es más frío y más duro.

Se hace una primera etapa relativamente corta hasta el campamento de Confluencia, a 3.400 metros.

Campamento de Confluencia

Allí estuvimos dos noches, para ir acostumbrando el cuerpo a la altura (al fin y al cabo 48 horas antes estábamos a nivel del mar), y en el día intermedio hicimos una excursión fantástica hasta Plaza de Francia, en campamento base de la cara sur del Aconcagua. El valle en sí es un paraje fantástico, con el glaciar Negro (así llamado por la enorme cantidad de tierra y rocas que se acumula en su superficie) en su parte oeste, y una serie de laderas en el lado este que hacen pensar en un paisaje más de otro planeta que de nuestra tierra.

 El glaciar Negro

Camino de Plaza de Franciaa

Y presidiéndolo todo, al fondo, la pared sur del Aconcagua. Algunos la consideran la única pared de proporciones himaláyicas fuera de Asia, una gigantesca ladera cuajada de glaciares, ventisqueros y tapias de roca negra, que se eleva prácticamente tres mil metros desde su base y que cierra el valle con una anchura que quizás se aproxima a los seis kilómetros. Colocarse en su base, con dolor de cuello de tanto mirar hacia arriba, viendo esporádicos aludes y derrumbes caer por sus canales, supone un momento mágico, aunque intentar desentrañar por dónde suben las vías de escalada que se han abierto en ella supone un permanente pensar en como es posible que hayan subido por ahí...

La cara sur del Aconcagua desde las proximidades de Plaza de Francia

Finalmente ayer subimos desde Confluencia hasta aquí. Es una etapa larga y más dura de lo que sugieren los escasos mil metros de desnivel que hay que ganar. La clave es que la distancia que hay que recorrer, que supera los 20 kilómetros, y ello entre 3.400 y 4.400 metros. Tardamos ocho horas y llegamos bastante fatigados.

  Saliendo desde Confluencia camino de Plaza de Mulas

La Playa Ancha, camino de Plaza de Mulas

Pero lo que nos rodea vale la pena. Plaza de Mulas no nos está pareciendo un lugar tan degradado como nos temíamos. Es posible que cuando llegue la temporada alta el exceso de gente lo haga menos agradable, pero en este momento, aunque en muchas cosas esté muy “montado” (ya tenemos localizado el sitio desde el que conectar a Internet o llamar por teléfono, donde comprar cervezas y vino Malbec de Mendoza, eso sí, todo a precios “adecuados”).

En los alrededores, aparte de la pared oeste del Aconcagua, estamos rodeados de cumbres con magníficos glaciares: Cuerno, Catedral, Bonete... Y en el momento de la caída la noche, con el viento aullando y una capa de nubes grises, la montaña nos dio la bienvenida con un espectáculo increíble: durante un par de minutos una franja de la ladera oeste de la montaña se inflamó de una llama rojo-anaranjada al incidir sobre ella el sol que se ponía por debajo de la capa de nubes.

El momento de la puesta del sol iluminando la cara oeste del Aconcagua, desde Plaza de Francia

En los próximos días vamos a empezar a trabajar el ascenso a la montaña. Como el pronóstico del tiempo para mañana no es muy bueno, vamos a ir a subir al Cerro Bonete, de 4.900 metros, a fin de mejorar la aclimatación en una ruta sencilla. Y pasado mañana, si se confirma que el tiempo mejora, intentaremos instalar el campamento 1, o bien en Nido de Cóndores (5.400) o si no vamos muy bien o las condiciones son difíciles, en Plaza Canadá (5.050). Luego de eso ya veremos, según como nos encontremos y como esté la montaña (es muy pronto en la temporada y hay poca gente en la zona) ya decidiremos qué plan llevamos y que campamentos tenemos que montar antes del ataque a la cumbre. Disponemos hasta el día 6, en que nos tenemos que bajar como máximo para volver a España.

Saludos y esperamos poder seguir contándoos cosas pronto.