14 de diciembre de 2011

Informe de la expedición: 10- Desarrollo de la expedición (5)

5- Instalación de los campos de altura (28 de julio al 3 de agosto)

El día 28 subimos a instalar el campamento 1. Hicimos el primer porteo con dos tiendas, comida, material de cocina y gas. Cada uno llevábamos unos 12 kilos, de los que 10 kilos eran de carga útil. Subimos 5, pues Alicia se quedó en el campamento base porque tenía síntomas de gastroenteritis, estaba débil y había dormido mal.

La subida hasta el campo 1 es un sendero que remonta una loma pedregosa. Son 1.000 metros de desnivel y en general nos costaba unas cuatro horas (hubo pocas diferencias a lo largo de los días, en contra de lo que esperábamos, aunque a algunos de los miembros del grupo siempre les costó algo más de tiempo).

Montamos las tiendas a 5.412 metros unos 30 metros por debajo del punto donde se entraba en el hielo. Había ya bastantes tiendas de otras expediciones, pero pudimos encontrar un par de plataformas aceptables en la que apenas tuvimos que trabajar para montar las tiendas en buenas condiciones. En general hay bastante espacio en plataformas más o menos cómodas, pero en algunos días puede haber dificultad para encontrar un buen sitio por el gran número de tiendas montadas.

Al final de esa primera subida Berta y Rober tuvieron náuseas y vómitos. Después de montar dos tiendas y dejar lo transportado, volvimos al campo base. Este trayecto venía a costar una hora y media (aunque hubo alguno que llegó a bajarlo en 40 minutos).

Esa noche hubo una gran tormenta con espectaculares rayos y truenos, y cuando nos levantamos el campamento estaba cubierto con unos 10 cm de nieve.

Por la mañana (29-07) el tiempo mejoró algo, salió el sol y a media mañana decidimos hacer una segundo porteo de similares características, en el que participamos todos menos Miguelo, que era el que en ese momento tenía molestias digestivas. Alicia, ya recuperada, sí que vino. Subimos un volumen de carga similar al día previo, pues habíamos decidido posponer el subir a dormir para antes mejorar nuestra aclimatación, pues nos notábamos un poco justos. Además de comida y gas, subimos gran parte del material personal de altura (piolet, crampones, botas, parte de la ropa...). La subida fue distinta y entretenida, pues el camino estaba completamente cubierto de nieve.

A Berta y Alicia les costó bastante la última parte del camino, y al final, un mulero que subía descargado les transportó las mochilas los últimos 100 metros por 10 dólares. Encontramos las tiendas sin novedad pese a la tormenta y dejamos en ellas todo lo subido. La bajada al campo base fue rápida y sin problemas.

El día 30 era el cumpleaños de Rober (26 años), y lo dedicamos al descanso en el campamento base, menos Miguelo que, encontrándose mejor, decidió recuperar el porteo no realizado el día anterior. Subió solo hasta el campo 1 y después de descargar y descansar un rato, bajó rápidamente pues el tiempo empeoró y empezó a nevar con fuerza. En el campamento base también hizo un tiempo irregular, con frío y nevadas intermitentes, lo que frustró la idea de dedicarlo al aseo personal.

Con el trabajo realizado ya estábamos en condiciones de subir a dormir, y desde el campo 1 instalar el campo superior. El día 31 volvimos a subir al campo 1. Esta vez íbamos todos y transportamos lo necesario para completar las cosas necesarias para los campamentos 1 y 2. Llevábamos todo el material personal, y algo más de comida y material. Además habíamos contratado una mula para que nos subiera las tres tiendas de los campamentos superiores, el material de seguridad que llevábamos por si nos hacía falta en el glaciar, y las raquetas (estas últimas nos daba la sensación de que no iban a hacer falta pero decidimos subirlas por si acaso). En total 26 kilos, por los que le pagamos 130 dólares). La subida fue larga y costó bastante llegar arriba.

Una vez allí empezamos a preparar nuestra primera comida de altura. La verdad es que nos costó bastante organizarnos en el proceso de fundir nieve, preparar las sopas y el liofilizado, y fundir suficiente agua para beber y dejar los termos llenos.

Preparando la cena en el campo 1
Ya antes de ir a dormir Alicia y Alex empezaron a tener diarrea con bastante dolor abdominal. Durante la noche, que era la que habían pasado a mayor altura en su vida para Berta, Rober y Alicia, los problemas digestivos se agravaron, siendo especialmente intensos para Alicia, que a consecuencia de ello apenas descansó. La incomodidad se vio agravada porque las tiendas eran pequeñas y estábamos muy apretados.

Por la mañana (01-08) Alicia decidió quedarse en el campamento y los demás salimos hacia arriba para instalar y abastecer el campo 2. Llevábamos una tienda, palas, comida y gas. Por encima del campamento se entra enseguida en el glaciar para lo que nos pusimos crampones y arneses. Las nevadas de los días previos habían dejado una capa de nieve nueva, pero los que llevábamos delante ya habían abierto huella. De todas formas la nieve estaba relativamente dura y era cómodo subir por ella.

Al alcanzar la plataforma que da entrada a la zona más agrietada, a 5.750 metros, Berta estaba muy cansada y decidió bajarse. Los demás nos repartimos su carga y seguimos adelante. La progresión era lenta y hacía mucho calor. A 6.050 metros, en mitad de la ladera que separa la zona agrietada del campo 2, Rober arrojó la toalla y se dio la vuelta. Alex, Miguelo y Miguel nos repartimos la carga y seguimos adelante. Finalmente a las 6 y media, después de seis horas para salvar 800 metros, llegamos a la vaguada donde se encuentra en campo 2, a 6.205 metros de altura. El último rato de la subida el cielo se cubrió y al llegar empezó a nevar con fuerza, lo que unido al viento hizo que la sensación de frío fuera intensa.

Nuestra primera tienda en el campo 2 recién montado
En el campo 2 había unas 20 tiendas montadas, algunas de ellas correspondientes a una expedición “científica” china que había terminado unos días antes. Estas tiendas estaban abandonadas y rodeadas de basura y material, lo que daba al lugar un aspecto deplorable.

Montamos nuestra tienda en la parte de atrás del campamento, para lo que tuvimos que abrir en el nieve una plataforma, lo que resultó extenuante. Finalmente dejamos en la tienda lo que transportábamos y nos bajamos.

Al poco de salir del campamento el cielo volvió a abrirse y salió el sol, con lo que la bajada finalmente fue muy agradable.

Llegados al campo 1 decidimos pasar allí la noche y montamos una de las tiendas destinadas al campo 3 para poder estar más cómodos. Con ello y gracias a la mejoría generalizada de las sintomatologías digestivas, esa noche dormimos bastante bien.

El día 2 bajamos a descansar al campo base. Esa tarde Coque, uno de los integrantes del otro grupo, llegó al campamento desde el campo 1 en muy malas condiciones. La clínica y la exploración llevó al diagnóstico de que había tenido un episodio de hemorragia digestiva alta. Afortunadamente el tratamiento adecuado unido a su enorme fortaleza permitió que se recuperara muy bien, y 48 horas después estuvo en condiciones de dirigirse junto con sus compañeros a la cumbre (y finalmente alcanzarla).

Adaptando el plan de subida inicial a los cuatro días de retraso que llevábamos acumulados, teníamos intención de descansar un día, para los días 4 y 5 hacer una nueva subida hasta el campo 2, porteando los que faltaba para el ataque a cumbre y la instalación de los campos más altas. Con ello y durmiendo allí, conseguiríamos mejorar nuestra aclimatación y además poder hacer la subida hasta el campo 2 en el asalto a cumbre con poca carga y más descansados. Luego regresaríamos el día 6 al campamento base, pudiendo descansar el 7, y así el 8, 9, 10, 11 y 12 hacer el ataque a cumbre. Con ello ya no nos quedarían días de reserva.

Pero el pronóstico del tiempo conseguido de los compañeros de las otra expediciones decía que quedaban 5 días de buen tiempo (hasta el 7 inclusive) y que luego empeoraría de forma sensible. Esto hacía probable que los días clave para la subida a la cima el tiempo fuera malo. Por ello llegamos a la conclusión de que no nos quedaba otra alternativa que acelerar el plan para ir directamente a cumbre prescindiendo de la segunda subida al campo 2, aunque supiéramos que con ello iríamos más cargados y que la aclimatación sería peor. A la postre este cambio nos permitió hacer cumbre a 4 de nosotros, aunque le costó a Berta sus posibilidades de cima.

El día 3 fue un día de descanso total en el campamento base, en el que pudimos dedicar tiempo al aseo, aunque la ducha tan deseada tampoco pudiera hacerse realidad. Ese día descubrimos que nuestro cocinero podía conseguirnos cervezas y refrescos, lo que unido a una mejora de la calidad de la alimentación lograda tras múltiples protestas, mejoró de forma sensible nuestra calidad de vida y nuestro humor.

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