27 de junio de 2011

GUAGUA PICHINCHA






La chuquiragua, la flor del andinismo
Los Pichinchas son las dos montañas que dominan Quito por el oeste. El Rouco Pichicha (llamado el Padre) es algo más bajo (4.627 metros) y está tan cerca de la ciudad que su ascensión puede comenzar desde las mismísimas calles de los barrios más altos.

El Padre Encantado
El Guagua (el Hijo) es algo más alto (4.794 metros) y para llegar a él hay que salir de la ciudad y, cruzando una zona rural, llegar a los pies de la montaña desde el sur.



Entre el Padre y el Hijo se encuentra la mole rocosa del Padre Encantado.

Acompañados de César, nuestro guía ecuatoriano, y de Augusto, nuestro chófer (en una excursión con algo de “imperial”) alcanzamos el collado bajo el refugio del Guagua, a unos 4.000 metros.

Iniciamos la subida con la silueta del Cotopaxi dominando el paisaje y también nuestras fotografías. Subimos lentamente por una pista hasta llegar al refugio y allí decidimos que en vez de subir por la ruta normal (un sendero) íbamos a inentar hacerlo por la arista sur de la montaña.
En la cima

Fue una escalada-trepada sencilla por una magnífica roca volcánica en la que disfrutamos un montón, y que nos llevó al borde del cráter. El fondo de éste, 700 metros más abajo, prácticamente era invisible entre las nubes que habían ido creciendo poco a poco.

Entre vapores sulfurosos malolientes alcanzamos la cima, un buen comienzo del viaje y un momento intenso. Nos hicimos las fotos de rigor, comimos algo y Berta fotografió innumerables nubes.

El ermitorio de la cumbre oeste
En la bajada fuimos hasta la antecima oeste, donde hay un curioso ermitorio, objeto de peregrinación para las gentes del lugar.

Bajamos casi (o sin casi) corriendo hasta el coche para evitar la tormenta que se nos echaba encima.

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